John Lennon fue el beatle conciente, que al margen de su adicción a las drogas, fue capaz mediante la influencia de Yoko Ono (su esposa) de participar activamente del movimiento pacifista que pugnaba por forzar al poder político de los Estados Unidos a deponer su invasión militar de Vietnam. Pero eso no fue suficiente. Aún hoy, ahora que la Guerra Fría es sólo un lejano recuerdo millones de personas en el mundo no comparten la ideología de los Beatles. Ni la de los hippies. Ni la del pacifismo. Ni la del Rock'n'Roll. Yo deseo aquí y ahora reivindicar su pensamiento. Los Beatles no fueron unos santos varones. Pero no incitaron al odio y la violencia. Creo en un mundo mejor, y creo que a él se llega por medio del respeto, del diálogo y del amor. Soy más devoto de la revolución de la paz que de la lucha de clases sustentada en el "ojo por ojo y diente por diente". Si los Beatles hubiesen vivido en una sociedad oprimida por la tiranía de alguna dictadura o si el Rock'n Roll hubiese nacido de la represión y de la persecución política probablemente otro gallo habría cantado. Pero no fue así. Y no se le piden peras a los olmos. Los Beatles vivieron sus infancias en una sociedad libre. Miembros de un Imperio que se contó entre los vencedores de las dos guerras mundiales
